Cómo bajar la grasa abdominal que apareció durante la pandemia

Con los confinamientos masivos, aumentó el sedentarismo y el consumo en exceso de comidas con grasas, azúcar y sal. Algunas personas subieron más de 8 kilos durante el primer año de la pandemia. Qué aconsejan hacer los expertos en medicina y nutrición.

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La pandemia del coronavirus trastocó la vida de la humanidad. Muchas personas han aumentado de peso durante los casi dos años de la expansión del coronavirus por el mundo. El virus sigue acechando, a pesar de que América Latina dejó de ser el epicentro de la pandemia: los casos de COVID-19 siguen produciéndose en un ritmo más lento. Mientras tanto, los kilos que no estaban antes de la pandemia sobresalen. La panza creció y puede ser un riesgo para la salud, pero se puede volver a un peso cómodo.

En los Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que 16 estados tienen ahora tasas de obesidad del 35% o más. Se señaló que muchos estadounidenses han aumentado su peso desde que comenzó la emergencia de salud pública por el COVID-19, probablemente impulsados por un aumento del comportamiento sedentario, el estrés y problemas como la pérdida de empleo e ingresos que dificultan una alimentación saludable. Además, esas tasas han estados aumentando más rápidamente entre las minorías raciales.

En América Latina, ya en noviembre del año pasado la Federación de Sociedades de Obesidad de la región había publicado un trabajo en el que advertía que había riesgos de aumento de los casos de sobrepeso y obesidad por la pandemia como consecuencia del aislamiento social y el confinamiento para evitar los contagios. “En América Latina, los espacios públicos para la actividad física sin contacto físico cercano son menos frecuentes, especialmente en las zonas más pobres.

Esto puede provocar una disminución de la actividad física, una predisposición al aumento de peso y un empeoramiento de las afecciones relacionadas”, había señalado el trabajo publicado en Obesity Reviews y realizado por Bruno Halpern, del comité ejecutivo de la Federación latinoamericana, en colaboración con investigadores de Brasil, Cuba, Venezuela y Suiza.

BZ2ZS7IIHJAZ7G4PA7DSV3CHRQEl consumo de comidas con exceso de grasa, sal y azúcar creció durante la pandemia.

Lo bueno es que los kilos ganados se pueden bajar. “La pandemia generó muchos cambios en la vida cotidiana. Hubo más personas que subieron de peso.

El aislamiento produjo cambios en hábitos de alimentación, en la ingesta como respuesta a las emociones, y en la actividad física, según lo que vimos en un estudio que hicimos en nuestra sociedad médica”, dijo a Infobae la especialista médica Marianela Ackermann, integrante del grupo Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición.

A través de una encuesta a 5.286 personas en la Argentina, se encontró que el 27,5% de los que participantes habían aumentado entre 3 y 5 kilos durante los primeros 12 meses de la pandemia. Otro 18,3% de los encuestados aumentaron entre 5 y 8 kilogramos, y un 18,1% aumentó más de 8 kilos.

XQFAC44CKZA6ZESYYTHVNK4GIIPara empezar a bajar los kilos que se ganaron durante la pandemia, es clave programar los horarios dedicados a la compra de alimentos, planificar las comidas y la actividad física semanal (IMEO).

“El primer consejo si se quiere bajar los kilos que se aumentaron durante la pandemia es la programación -afirmó la doctora Ackermann-. Hay que programar los horarios de las comidas y los horarios de entrenamiento, planificar los menúes y usar el tiempo para cocinar de manera más saludable.

La programación es clave para no depender de la voluntad. Porque si dejamos librado todo a la voluntad, es más difícil. Por ejemplo, si una persona vuelve de trabajar y está cansada y encuentra que tiene verdura sin lavar, es más probable que agarre el teléfono y pida comida rápida”.

Además, la especialista aconsejó “enfocarse en la comida cuando se la está consumiendo”. Agregó: “El descenso gradual es mejor que el descenso rápido. Por eso, es conveniente adoptar hábitos de programación de las comidas y la actividad física y un horario adecuado de descanso. A todo esto se suma el manejo del estrés. Por el aislamiento por la pandemia, se generaron altos niveles de estrés y mayor consumo de alcohol que contribuyeron al aumenta el peso”.

Por eso, la doctora Ackermann recomendó que organizarse para realizar actividad física es crucial para manejar el estrés. “Elegir un horario, dejar la ropa preparada, una lista de canciones que nos gusten y hacer actividades como baile, yoga, caminatas, dormir no menos de 6 horas y mantener el contacto social influyen en bajar el nivel de estrés y esto repercute para poder bajar de peso de manera progresiva y sostenerlo en el tiempo, sin efecto rebote.

Cuando se logra generar un estilo de vida con el hábito de la actividad física y una alimentación saludable y se aprende a manejar mejor las emociones, se consigue no solo el descenso progresivo sino también al mantenimiento del peso”.

Fuente: Infobae.

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