Salud: cómo actúan los anticuerpos en la inmunoterapia

Por primera vez, científicos del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS), del Instituto Pasteur y de la Universidad de Burdeos, en Francia, han observado la interacción entre los anticuerpos terapéuticos y su proteína objetivo en la inmunoterapia contra el cáncer, y describen en la revista ‘Science’ estos mecanismos moleculares que abren el camino para el desarrollo de nuevos tratamientos.

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Los linfomas no Hodgkin están entre los cánceres más comunes y afectan a casi 1,5 millón de personas en todo el mundo. Provocan una proliferación incontrolada de los linfocitos B, uno de los diferentes tipos de glóbulos blancos, lo cual genera un detrimento de las células sanas.

Desde finales del decenio de 1990, la inmunoterapia ha sido el tratamiento de primera línea contra los linfomas. Para este tipo de terapia se utilizan anticuerpos sintéticos, cuyo efecto es detener la proliferación de glóbulos blancos cancerosos. Sin embargo, en los más de 20 años transcurridos desde que se empezó a utilizar, cuáles son los mecanismos moleculares que subyacen a esta terapia y por qué actúan así todavía se entienden poco. Se sabía que atacan una proteína que se encuentra en la superficie de los linfocitos B, llamada CD20. Las defensas del cuerpo entonces identifican estas células cubiertas de anticuerpos como patógenos y las destruyen.

Avances

Actualmente, los tipos de anticuerpos terapéuticos utilizados se clasifican en dos grupos, según la cantidad de moléculas CD20 a las que se unen y en función de la respuesta inmunitaria que desencadenan. Los anticuerpos del primer grupo tienen la capacidad de interactuar con el doble de moléculas de CD20 que los anticuerpos del segundo, y pueden desencadenar una respuesta inmunológica en cascada llamada “vía del complemento”. Pero hasta ahora, se desconocían los mecanismos moleculares que subyacen a las diferencias entre estos dos grupos.

Claves: espacio y cantidad

Mediante microscopía electrónica criogénica, los científicos pudieron observar, por primera vez, la interacción a nivel atómico entre los representantes de ambos grupos de anticuerpos y sus moléculas objetivo. Y han encontrado que, debido a la disponibilidad de espacio, las proteínas CD20 pueden unirse a dos anticuerpos de tipo 1 pero sólo a un anticuerpo de tipo 2. Y como consecuencia de su mayor número en la superficie de los linfocitos B, los anticuerpos de tipo 1 pueden formar grupos. El equipo demostró así cómo se desencadena la vía del complemento que lleva a la destrucción de los linfocitos B objetivo.

Los anticuerpos de tipo 2, por otra parte, están dispersos en la superficie de la célula y por lo tanto no desencadenan una respuesta en cascada. Hay que aclarar que respuestas inmunológicas independientes son todavía capaces de destruir las células.

Nunca antes se había descrito con tanta precisión el mecanismo de acción de los anticuerpos terapéuticos. Esta investigación podría conducir a nuevos anticuerpos sintéticos capaces de controlar la respuesta inmune de un paciente. Además, esta descripción del mecanismo que activa la vía del complemento abre el camino a nuevas posibilidades de investigación para entender cómo funcionan las defensas.

Fuente: DPA.

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