Los comedores infantiles testigos claves del hambre

Luego de la inflación que dejó el 2019, estos lugares se volvieron una ayuda importante para aquellas familias que se acercan por un plato de comida. Tal es el caso de los vecinos del barrio Francisco Solano.

Salta
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Aproximadamente 290 chicos son los que se alimentan en el Comedor “Chirolita”. Los vecinos del barrio Francisco Solano comentan que ante la falta de trabajo no tienen otra solución que llevar a sus hijos o nietos a este lugar. Aunque en varias ocasiones la comida no alcanza, debido a que cuentan con un financiamiento para 224 personas y hoy por hoy son 66 más, el derecho de todo niño a la alimentación se vuelve vulnerable.

El comedor Chirolita está ubicado en zona sudeste, lejos del centro de la ciudad, como muchos de los otros. Reciben un plato de comida de lunes a viernes, cuenta con tablones para que todos los que se acerquen tengan un lugar donde comer o en algunos casos optan por retirar su comida y compartirla entre todos en su hogar. “No importa si no alcanza para mí, lo que importa es que coman mis hijas”, comenta resignado uno de los vecinos a LA GACETA.

El único financiamiento que tienen es el que les brinda el Ministerio de Desarrollo Social, quién les otorga dinero para la mercadería del almuerzo, teniendo en cuenta solo 224 chicos. El comedor es para niños de 6 meses a 18 años, adultos mayores de 70 y personas con discapacidad de todas las edades.

Fuente: La Gaceta Salta.

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